Él es presagiado en el asombro desgarrador de un sol poniente sobre las montañas doradas del este a fines de octubre, donde los lugares ocultos de la presencia divina penetran profundamente en la quietud del crepúsculo más allá del alcance del nervio óptico. Es Él quien habita tu soledad, desterrando tu habitual autodesprecio y despertándote suavemente …
© 2024 Jonathan Blais
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